domingo, 11 de octubre de 2015

Muero de ti;

Muero de ti, de tu mirada, muero; porque al verte no sé que soy: un poema o la partitura de una canción.
Muero de ti, de tu tinta cuando no me escribes.
Muero de ti, de distancia cuando de cerca te encuentro.
Muero de ti, de tus besos, de eso agonizo; de tu veneno, de tu miel, de eso que no tengo.
Muero de ti, de tu abrazo cuando no soy comprendida por ti.
Muero de ti, de tu almohada cuando no me sueñas.
Muero de ti, de tu voz, me silencias de ti cuando no pronuncias mi nombre.
Muero de ti, de salvación, muero escribiendo.
Muero de ti, de tu cuestión: ¿Poco o mucho?, muero; porque mi respuesta es completo.
Muero de ti, de tu escritura, muero de inconformismo al creer que la vida se trate de escribir y nosotros inventemos amar.
Muero de ti, de tu cielo, me matan mis alas rotas, mi vuelo muerto.


Muero por ti, por todo lo que te compone, muero de mí, muero del sueño. Despiértame, víveme, sosténme el vuelo.

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