M: ¿Acaso es quien ha mirado mi corazón?
A: Disculpe la tardanza en mi respuesta, si lo soy.
M: "El que espera, desespera", reza el
adagio. Puedo decir que aprendí paciencia. Y si la espera ante tal tardanza ha
de tener semejante recompensa, nada, esto le digo, nada tengo por disculpar.
Lira del
olvido, insospechada.
Verá, solo una
sensibilidad descubre, se sorprende con otra sensibilidad. La mía, adormecida
por pretéritos fantasmas, despertó al leer su pieza.
El olvido...
soy yo; o, a lo menos, otro yo.
A: Olvido.
Sorprendida
me encunentro ya. Tal dubitativa,será... ¿Se descubren paisajes y veredas?,
nuevas, limpias piezas de amores inexistentes; otras de amores vencidos,
desesperados de nuevo en el olvido.
M:
Insospechada lira del olvido;
No dude tu
razón cuando ya la puerta mística, cuya aldbaba sonaste, se abre de par en par
y exige, para cruzar su umbral, el desprenderse, el despojarse... el
desnudarse, id est, el olvidar.
Así pues,
musa mía, si bien máxima prueba de abandono, el olvidar es también, [¿]qué
[tu]duda [a]cabe[?], otra forma de entregarse.
Olvido.
A: Olvido;
Tentada
estaba a llamar la puerta
Más, razón
alguna no poseía,
Vil duda,
se ha marchitado.
Ante tal
revelación abrazada, mi curiosidad se descubre
y de su
mano presento,
Presento
aquí el deseo,
Deseo mío,
deseo de ti…
Del despojo
de todo en ti,
De tu
transparencia en virtud
De eso que
nombras olvido.
Lira
insospechada.
M: Lira
insospechada;
He tardado
mucho tiempo, mucha vida (lo sé) en responderte. Tanto cuanto mi razón (esa de
la que hablas) ha podido esperar que vinieras a mí. Entretanto, me callé,
evocando en mi mente el eco de una(tu) palabra, buscando la mirada de unos(tus)
ojos, dejando que el olvido despertara...
Despertó(é)
para encontrar tu mirada, para resonar al sonido de tu palabra. Mi razón se
deshizo en impaciencia y, entonces, reconociendo en mí la memoria, la voluntad,
volví a sentir, volví a expresar. Esto es lo que te escribí:
"Me
miras, musa mía, acaso como te miro yo a ti; (¿)es, pues, cierto que has ido
mas allá del logos y que, merced a unos ojos, a una mirada que al mirarte veo y
no veo, has conocido en un místico abrazo del todo mi sentimiento(?) Marchita
tu duda y traspuesto el umbral, desnuda, ¿has podido asirme tal cual soy:
silencio y olvido?
Responde,
corazón; responde, intelecto; respóndeme, te digo. Porque el deseo tuyo y de mí
yo en las manos he de tomar, para llevarte al tiempo, al lugar en que todo él
se vea cumplido.
Olvido.
A: Olvido;
La
espera... la espera, mi cabildo de mil vidas,
En todos
mis tiempos, tanto; aprendí a amarla.
La
sustancia mía, alma de éter, rogaba al cielo,
Soñaba con
que el olvido despertara para mí,
Vestirme de
él.
Silencio,
despojo, sudestada,
Lo que le
excede al olvido,
Pues así lo
contemplo.
Y verdadero
se anuncia, siendo todo lo que es.
Respondo ahora
deseo mío, Yo soy espera, yo soy fantasma;
Morir de
ellos, en mí, sin dejar la mirada, en mis preces añoro.
Llévame a
la profundidad de aquella oquedad, donde el instante y la época se confundan
con el canto de tu nombre.
Lira
insospechada.
M: Musa;
Quedan
tantas palabras por decir... al leerte, al hablarte, al mirarte, el escribirte,
al escucharte... concédeme al menos, lira de mí, otra vez invocarte según en
azul escribo; y dígnate aun permitir que, además de musa, mía también te llame.
Musa mía;
No esperes
más.
Deja que
mi(en) silencio te abrace, vístete con mi transparencia, vistamos de sueño,
vistamos de cielo... sintamos todo lo que soy, todo lo que eres.
He
despertado a ti... enséñame; todas las palabras me son nuevas, ponlas en mi
boca... quiero aprender solo tu lenguaje; háblame, ponme por escrito. Escríbeme
a partir de ese deseo tuyo, deseo de mí, cuyo correlato es este deseo que,
desnudo (en el olvido), ansía vestirse con tu poesía; vísteme de ti.
Deja que
mis letras te abrasen como las tuyas me abrasan, alma etérea; léeme y déjame
leer en ti, conozcamos lo secreto, en lo profundo confundámonos... déjame
acompañarte, únete a mí. Adonde estas voces (aún acalladas) hagan resonar los
ecos de las oquedades, toma mi brazo, allí he de llevarte.
Deseo tuyo.
Fe de erratas:
En el primer párrafo, línea 2, dice "el escribirte"; debe decir
"al escribirte".
Nota: La
expresión "según en azul escribo" hace referencia al color con que
está escrito el vocativo "musa" en el original.
A: Deseo mío;
Ser llamada
al compás de tu sentir, concedo y concedo con alegría. Permitiéndome deseo mío,
continuar, llamarte.
Comprendida
de silencio, anhelo vestirme. Con furor… Sentir esos trajes, que principien por
hacernos nacer una nueva mirada. Vuélvete poesía conmigo, distingámonos o no
entre los versos.
Rediseñemos
el horizonte, enfermemos de lo incurable, de lo eterno, hasta romper
amaneceres, dándole homenaje al rito; escribiéndonos el alma con una última
función: llenarnos, sonreírnos.
Toma lo que
soy, entre tus manos.
No permitas
que me desvanezca entre tus dedos,
Permíteme
con tus letras alas nuevas.
Mirada de
verano, secreta,
Forjada de
hierro, de tierra, de todo…
Contempla
las estaciones presentes,
Viviéndolas
lenitivamente.
Inunda mi
ser,
Vérsame a
tu favor; sin prisa,
Deshójame
el viento en suspiros.
Musa de ti.
M: Musa mía;
Espérame, un
poco más, te pido... no vueles sin mí.
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