Tu olvido me nombra, me recuerda, me grita feliz.
En un tibio cacharro de miel veo tus ojos;
Y su triste brillo ilumina, en una gota mi dia, que, fecundado por venenosas caricias tuyas
en una mirada tierna, larga, ha ahondado inquisitivamente tu hambre en mi.
Aquella hambre tocada, de alto calibre:
Me llama y me besa y me toca y me ama,
Y yo desnutrido, pobre, sin carne y sin alma.
En una llama me miro,
en un suspiro evoco a dios y lo llamo con urgencia,
clamo por los vestigios vergonzosos de mi podrida alma.
-Ruego a dios- ¡Oh mi dios!, tanto ruego por mi alma
dame bálsamo, untalo en mis llagas, en mi desesperanza
Que tanto dolor mata
Deseo más morir bien, de una vez por siempre
Morirme ya, morirme ahora
¡Malditos demonios!- escuchen el llanto de este ser...
Termina de una vez ya de olvidarme, mis lindos ojos de miel
Termina porque respirar duele,
Duele al saber que ni dios ni el diablo son suficientes;
Nada me alcanza, nada...
Y no escucho respuesta a mis suplicas.
¿Qué no escuchas mis ruegos?, urgentes ruegos!
Y mi garganta se desgarra y nada...
Te digo ahora que ningún cielo, que ni todo el ardor del infierno
Me han dejado juzgar mi paz;
porqué, porqué, porqué- Pregúnto -
y tú no llamas y tu no respondes
y no me miras, entonces...
Desgraciado.
-Como quién no tiene ni dios ni diablo-
Me aseguro de tantas otras cosas
Y pretendo reírme de tu amor en otra cama
Drogarme de otro aroma, romperte el corazón hasta que te sangre
Hasta que me mires, me contestes y me llames:
DESGRACIADO.
Orgullosamente Mexicana, volvería a nacer aquí. De vuelo y libertad, alma indomable. Amante de las letras y el uso del lenguaje escrito, perpetuo, inmortal. MUJER.
sábado, 31 de octubre de 2015
Silencios...
La desgracia yace al pie de mi cama...
Encuentro la cara muda y los ojos fríos del dolor, mirándome en acecho;
en mi carne siento honda la soledad
y un vacío entristece la sonrisa del sol
Me he tornado azul
y en la sangre solo llevo lágrimas de Magdalena
como quien muere virgen...
El olvido me canta, me llama por mi nombre
me ha mirado a los ojos diciendo: RECUERDO
-- Soy un recuerdo--
Y una ola de silencio me ahoga en la estela del mar
¡Como deseo tu rabia, tu odio!
Deseo todo de ti, tu vasta boca, menos tus silencios;
Porque eso me ha matado y en crucifixión mi alma se encuentra
Que el olvido y el llanto sean como ríos interminables
Y que no hagan más que llegar al mar de tu alma
Para que no termines nunca de olvidarme
De intentar dejar de quererme o poder odiarme.
-Sin embargo te quiero...- dijiste
Te quiero cuando la tristeza me ha dejado herido,
Y cuando no he podido si no sentir el gélido azul en los pulmones.
Quererte, también al escuchar el crujir de los pasos de la muerte
En mi piso.
Uno también puede querer cuando le escurre el llanto.
De ninguna deuda te acuso y no quiero llamarte;
Y no quiero verte ni tampoco escucharte.
No quiero que digas:
-Sin embargo, te quiero...-
domingo, 11 de octubre de 2015
Conversaciones... (Guión)
M: ¿Acaso es quien ha mirado mi corazón?
A: Disculpe la tardanza en mi respuesta, si lo soy.
M: "El que espera, desespera", reza el
adagio. Puedo decir que aprendí paciencia. Y si la espera ante tal tardanza ha
de tener semejante recompensa, nada, esto le digo, nada tengo por disculpar.
Lira del
olvido, insospechada.
Verá, solo una
sensibilidad descubre, se sorprende con otra sensibilidad. La mía, adormecida
por pretéritos fantasmas, despertó al leer su pieza.
El olvido...
soy yo; o, a lo menos, otro yo.
A: Olvido.
Sorprendida
me encunentro ya. Tal dubitativa,será... ¿Se descubren paisajes y veredas?,
nuevas, limpias piezas de amores inexistentes; otras de amores vencidos,
desesperados de nuevo en el olvido.
M:
Insospechada lira del olvido;
No dude tu
razón cuando ya la puerta mística, cuya aldbaba sonaste, se abre de par en par
y exige, para cruzar su umbral, el desprenderse, el despojarse... el
desnudarse, id est, el olvidar.
Así pues,
musa mía, si bien máxima prueba de abandono, el olvidar es también, [¿]qué
[tu]duda [a]cabe[?], otra forma de entregarse.
Olvido.
A: Olvido;
Tentada
estaba a llamar la puerta
Más, razón
alguna no poseía,
Vil duda,
se ha marchitado.
Ante tal
revelación abrazada, mi curiosidad se descubre
y de su
mano presento,
Presento
aquí el deseo,
Deseo mío,
deseo de ti…
Del despojo
de todo en ti,
De tu
transparencia en virtud
De eso que
nombras olvido.
Lira
insospechada.
M: Lira
insospechada;
He tardado
mucho tiempo, mucha vida (lo sé) en responderte. Tanto cuanto mi razón (esa de
la que hablas) ha podido esperar que vinieras a mí. Entretanto, me callé,
evocando en mi mente el eco de una(tu) palabra, buscando la mirada de unos(tus)
ojos, dejando que el olvido despertara...
Despertó(é)
para encontrar tu mirada, para resonar al sonido de tu palabra. Mi razón se
deshizo en impaciencia y, entonces, reconociendo en mí la memoria, la voluntad,
volví a sentir, volví a expresar. Esto es lo que te escribí:
"Me
miras, musa mía, acaso como te miro yo a ti; (¿)es, pues, cierto que has ido
mas allá del logos y que, merced a unos ojos, a una mirada que al mirarte veo y
no veo, has conocido en un místico abrazo del todo mi sentimiento(?) Marchita
tu duda y traspuesto el umbral, desnuda, ¿has podido asirme tal cual soy:
silencio y olvido?
Responde,
corazón; responde, intelecto; respóndeme, te digo. Porque el deseo tuyo y de mí
yo en las manos he de tomar, para llevarte al tiempo, al lugar en que todo él
se vea cumplido.
Olvido.
A: Olvido;
La
espera... la espera, mi cabildo de mil vidas,
En todos
mis tiempos, tanto; aprendí a amarla.
La
sustancia mía, alma de éter, rogaba al cielo,
Soñaba con
que el olvido despertara para mí,
Vestirme de
él.
Silencio,
despojo, sudestada,
Lo que le
excede al olvido,
Pues así lo
contemplo.
Y verdadero
se anuncia, siendo todo lo que es.
Respondo ahora
deseo mío, Yo soy espera, yo soy fantasma;
Morir de
ellos, en mí, sin dejar la mirada, en mis preces añoro.
Llévame a
la profundidad de aquella oquedad, donde el instante y la época se confundan
con el canto de tu nombre.
Lira
insospechada.
M: Musa;
Quedan
tantas palabras por decir... al leerte, al hablarte, al mirarte, el escribirte,
al escucharte... concédeme al menos, lira de mí, otra vez invocarte según en
azul escribo; y dígnate aun permitir que, además de musa, mía también te llame.
Musa mía;
No esperes
más.
Deja que
mi(en) silencio te abrace, vístete con mi transparencia, vistamos de sueño,
vistamos de cielo... sintamos todo lo que soy, todo lo que eres.
He
despertado a ti... enséñame; todas las palabras me son nuevas, ponlas en mi
boca... quiero aprender solo tu lenguaje; háblame, ponme por escrito. Escríbeme
a partir de ese deseo tuyo, deseo de mí, cuyo correlato es este deseo que,
desnudo (en el olvido), ansía vestirse con tu poesía; vísteme de ti.
Deja que
mis letras te abrasen como las tuyas me abrasan, alma etérea; léeme y déjame
leer en ti, conozcamos lo secreto, en lo profundo confundámonos... déjame
acompañarte, únete a mí. Adonde estas voces (aún acalladas) hagan resonar los
ecos de las oquedades, toma mi brazo, allí he de llevarte.
Deseo tuyo.
Fe de erratas:
En el primer párrafo, línea 2, dice "el escribirte"; debe decir
"al escribirte".
Nota: La
expresión "según en azul escribo" hace referencia al color con que
está escrito el vocativo "musa" en el original.
A: Deseo mío;
Ser llamada
al compás de tu sentir, concedo y concedo con alegría. Permitiéndome deseo mío,
continuar, llamarte.
Comprendida
de silencio, anhelo vestirme. Con furor… Sentir esos trajes, que principien por
hacernos nacer una nueva mirada. Vuélvete poesía conmigo, distingámonos o no
entre los versos.
Rediseñemos
el horizonte, enfermemos de lo incurable, de lo eterno, hasta romper
amaneceres, dándole homenaje al rito; escribiéndonos el alma con una última
función: llenarnos, sonreírnos.
Toma lo que
soy, entre tus manos.
No permitas
que me desvanezca entre tus dedos,
Permíteme
con tus letras alas nuevas.
Mirada de
verano, secreta,
Forjada de
hierro, de tierra, de todo…
Contempla
las estaciones presentes,
Viviéndolas
lenitivamente.
Inunda mi
ser,
Vérsame a
tu favor; sin prisa,
Deshójame
el viento en suspiros.
Musa de ti.
M: Musa mía;
Espérame, un
poco más, te pido... no vueles sin mí.
Otra piel
¡Mar maldito!
Desprende de mí tu sal,
Tu canto, trae a mí la rabia de tus olas.
No advirtió, más, sin dudar;
Su alma se confundió con
la mía,
Se convirtió en mi salvación,
En lo bueno que la vida me presumía.
También en pena, en desdicha…
En mi perdición, así andaba,
Con el alma entretenida
Por las píldoras para el dolor.
Con los ojos fijos en el mar
Se observó su alma,
Consumida por truenos de pólvora,
Y por el pánico de ver su adiós en el horizonte.
Renacía con nuevas armas
Nuevos mounstros
Y de nuevo se perdía en el mar,
Fundiéndose con él, siendo sirena.
Siendo el cielo que él recorría,
Las estrellas que él miraba,
El amor que él deseaba,
En otro tiempo, en otro lugar,
En otra piel.
Muero de ti;
Muero de ti, de tu mirada, muero; porque al verte no sé
que soy: un poema o la partitura de una canción.
Muero de ti, de tu tinta cuando no me escribes.
Muero de ti, de distancia cuando de cerca te encuentro.
Muero de ti, de tus besos, de eso agonizo; de tu veneno,
de tu miel, de eso que no tengo.
Muero de ti, de tu abrazo cuando no soy comprendida por
ti.
Muero de ti, de tu almohada cuando no me sueñas.
Muero de ti, de tu voz, me silencias de ti cuando no
pronuncias mi nombre.
Muero de ti, de salvación, muero escribiendo.
Muero de ti, de tu cuestión: ¿Poco o mucho?, muero; porque
mi respuesta es completo.
Muero de ti, de tu escritura, muero de inconformismo al
creer que la vida se trate de escribir y nosotros inventemos amar.
Muero de ti, de tu cielo, me matan mis alas rotas, mi
vuelo muerto.
Muero por ti, por todo lo que te compone, muero de mí,
muero del sueño. Despiértame, víveme, sosténme el vuelo.
“120 Giornate di Sodoma”
“120 Giornate di Sodoma”
Novela escrita por Marquès de Sade y dirigida por Paolo Pasolini quien asistió y sirvió en la guerra, tiene una carrera cinematográfica muy importante y de protesta o denuncia. Pasolini muestra la crudeza de la realidad en cuanto a la “mafia” que proliferaba durante la Italia fascista de Mussolini de 1944.
Los temas centrales de la cinta son el sadomasoquismo, coprofagia, pederastia, homosexualidad, entre otros. Algunos de los planos que se destacan son Travelling de representación progresiva, y primerísimo primer plano.
La película toca sin piedad temas apabullantes, crueles, crudos e inmorales; pero sobre todo intocables para la época en que fue escrita la novela, el final y desenlace es aterrador y genera incredulidad en el espectador.
Novela escrita por Marquès de Sade y dirigida por Paolo Pasolini quien asistió y sirvió en la guerra, tiene una carrera cinematográfica muy importante y de protesta o denuncia. Pasolini muestra la crudeza de la realidad en cuanto a la “mafia” que proliferaba durante la Italia fascista de Mussolini de 1944.
Los temas centrales de la cinta son el sadomasoquismo, coprofagia, pederastia, homosexualidad, entre otros. Algunos de los planos que se destacan son Travelling de representación progresiva, y primerísimo primer plano.
La película toca sin piedad temas apabullantes, crueles, crudos e inmorales; pero sobre todo intocables para la época en que fue escrita la novela, el final y desenlace es aterrador y genera incredulidad en el espectador.
El Hombre de la càmara
Actualmente la industria
cinematográfica produce filmes con muchos efectos especiales y en su mayoría
son digitalizadas o producidas en “Animación”, es decir, un filme tradicional
fragmenta un cuadro o escena en varias partes; mientras que la animación va
construyendo movimiento a partir de algo irreal.
La
divergencia entre la cinematografía pionera o experimental y la actual es
enorme; existen en la actualidad una gama de tomas, planos y secuencias que
según su aplicación le darán profundidad a la historia, la que también versará
en cuanto a la clasificación, género y subgénero sobre el que se produzca.
Es un film producido por Dziga Vertov en Berlin. Se filma
durante la época denominada la gran depresión; sin embargo gozaba de una
excelente economía y crecimiento en todas las áreas.
El
hombre con la cámara, deja apreciar el contexto social natural, captura con
detalle y precisión la vida cotidiana de los berlineses a mediados del siglo
XX. En gran parte, informa y educa con respecto de cómo deben de realizarse las
filmaciones, la elección de locaciones, planos y tomas, algunos de los más
representativos de la cinta son: Travelling de descubrimiento, PAN descriptiva
y algunas sobreimpresiones.
La
obra contiene planos secuencia notables, es cine mudo; acompañado de orquesta “Die
Sinfonie der Großstadt”, aun cuando no contiene un guion hablado, eso no impide
que en la actualidad se entienda la pretenciosa mensajería que el productor
deseaba plasmar en el filme.
Dio a
conocer aspectos sociales, actividades productivas, sentido de pertenencia,
sentimientos , estereotipos de belleza, inclinación política; lo que el hombre
en toda su capacidad y existencia fue en aquel contexto social, así como el
efecto del cine en la sociedad de XX.
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